¿Cómo sabemos que funciona?

Hay evidencia de impactos positivos en los niveles de paz, en las iniciativas que han surgido del diplomado, y en la formación y experiencia de los participantes. Para las 6 versiones del diplomado de paz en Culiacán (2015-2020) – y el modelo de combinar un diplomado académico con proyectos aplicados – los organizadores iniciaron un estudio de impacto en julio de 2021, y ya tenemos los resultados iniciales.  El impacto que documenta se divide en tres partes: 1)la resiliencia social; 2)el seguimiento y emprendimiento de nuevas iniciativas; y 3)la experiencia y aprendizaje de los participantes.

Impacto

 

Resiliencia social

El diplomado ha jugado un papel importante en la reducción de la violencia y el reforzamiento de la resiliencia social en Culiacán, Sinaloa

En el Índice de Paz México 2016, Sinaloa ocupó el lugar 31 de las 32 entidades federales, es decir uno de los menos pacíficos.  Por otras medidas, el estado figuraba entre los 5 más violentos desde años atrás, y era sinónimo con la violencia del narco.  Pero, por 2021, Sinaloa ocupa el lugar 16, mediano a nivel nacional. A partir de junio 2017, en particular, Culiacán ha tenido semanas enteras sin un homicidio por la primera vez en la historia reciente, la tasa del crimen organizado ha caído 55.3%, y hay mucho menos secuestros, robos armados, y otros delitos violentos.[1] Aún la violencia espectacular del “Culiacanazo” en octubre de 2019 no interrumpió la tendencia de baja. 

Después de episodios anteriores de violencia masiva, Culiacán vivía una época de ajuste de cuentas, con asesinatos, desapariciones forzadas, y un ambiente de terror generalizado, por varios meses.[2] La sociedad civil se retiraba – víctimas fueron desatendidas, nubes de sospecho cayeron sobre la policía y el gobierno, y los medios locales y líderes de opinión intentaron avanzar a ciegas, como si nada hubiera pasado.  En 2019, sin embargo, había buena comunicación entre líderes cívicos, organizaciones sociales, y policías locales – ya se conocían y tenían sus teléfonos el uno al otro.  Albergues improvisados y centros de ayuda brotaron tras toda la ciudad. Hubo una marcha de paz menos de dos semanas después.  Las universidades y otras instituciones ofrecieron terapia y otros servicios para los traumatizados.  Y los periódicos locales publicaron docenas de testimonios personales, para que esta experiencia traumática pudiera ser compartida y compadecida por la comunidad, en lugar de quedarse en aislamiento y olvido.  Como resultado de estos esfuerzos, las víctimas fueron atendidas, había pocas represalias violentas, y la confianza entre ciudadanos se reforzó en lugar de degradarse.[3] En una palabra, Culiacán se puso más resiliente. 

Hay mucho por hacer y esta paz relativa depende en parte en externalidades del crimen organizado que la sociedad civil no tiene la capacidad de controlar.  Pero sin duda hay una comunidad robusta dedicada a la construcción paz que no existió en 2016, hay relaciones mejores y más sustantivas entre la sociedad civil y las autoridades, y el diplomado jugó un papel significativo en este esfuerzo.

Los autores del Índice de Paz citan específicamente a los diplomados de paz ofrecidos por la Universidad de San Diego y sus socios locales en el éxito relativo de Culiacán (y también foros organizados por la Fundación Slim y Rotary Internacional). En la encuesta de egresados de las 6 versiones del diplomado de paz, 73.3% opinan que el diplomado “jugó un papel clave como catalizador o reforzador de esfuerzos locales” (34.4%) para fortalecer la resiliencia, o “como un puente” (38.9%) para tales esfuerzos, y sólo 2.3% opinan que no tuvo impacto significativo.  Más específicamente, tres de los periodistas que recolectaron los testimonios del Culiacanazo, por ejemplo, fueron egresados del diplomado y líderes de equipo en la versión 2019, cuando hicimos la primera comisión ciudadana de la memoria histórica.  También, los coordinadores de las clínicas gratuitas de salud mental, la marcha de paz, y varias colaboraciones para coordinar la asistencia humanitaria con las autoridades fueron egresados de varias versiones del diplomado.  Estos vínculos con el diplomado (y hay muchos más) no tienen que ver ni con un contenido extra brillante, ni con un paquete de soluciones llevado desde afuera, sino con el hecho de que el diplomado crea una plataforma para apalancar recursos locales, más que un curso académico convencional.  Aprendimos juntos, siempre con un enfoque en cómo vamos a aplicar esta sabiduría a la construcción de paz.


[1] Sinaloa en el IPM: 2015=30, 2016=31, 2017=30, 2018=27, 2019=22, 2020=18, 2021=16, https://static1.squarespace.com/static/5eaa390ddf0dcb548e9dd5da/t/60a36f953c9af62b4c18e6e2/1621323709101/ESP-MPI-2021-web.pdf

[2] Por ejemplo, la ejecución extrajudicial de Cruz Carrillo Fuentes en 2008, la matanza de policías estatales en 2011, o la emboscada de militares en 2016.

[3] “#CuliacánValiente: Ciudadanos marchan por la paz a 10 días de las balaceras,”Animal Político, 27 octubre 2019, https://www.animalpolitico.com/2019/10/marcha-culiacan-paz-ciudadanos-balaceras/ ; “Por balaceras, duermen clientes dentro de Walmart,” El Universal, 18 octubre 2019, https://www.eluniversal.com.mx/estados/por-balaceras-duermen-clientes-dentro-de-walmart-en-culiacan ; “ “Culiacanazo” y sus efectos en la salud ,ental de niños y niñas,” El Debate, 18 octubre 2019, https://www.debate.com.mx/culiacan/Culiacanazo-y-sus-efectos-en-la-salud-mental-de-ninos-y-ninas-20201018-0026.html ; “ “Sólo pedía a Dios que esto terminara” , Carlos quedó atrapado entre las balas del Culiacanazo,” El Debate, 17 octubre 2019, https://www.debate.com.mx/culiacan/Solo-pedia-a-Dios-que-esto-terminara-Carlos-quedo-atrapado-entre-las-balas-del-Culiacanazo-20201017-0002.html

 

 

 

 

Seguimiento y emprendimiento

El diplomado de paz ha catalizado la creación de nuevas organizaciones sociales, grupos de trabajo, e iniciativas a dentro de organizaciones existentes.

Algunos de los resultados de los ejercicios de diseño que forman parte del diplomado se convirtieron en nuevas organizaciones.  Por ejemplo, Construyendo Espacios para la Paz, organizador local del diplomado en 2019 y 2020, fue diseñado por un grupo de participantes en el diplomado de 2017. Ahora es el ala comunicativa de la Fundación GC-1 en Culiacán, y el coordinador principal de enlaces entre el sector privado, los medios de comunicación y las autoridades sobre el tema de seguridad.  Igualmente, Rescatemos con Corazón a Villa Juárez fue diseñado en el diplomado 2017, y ha ejecutado más de 29 proyectos de educación, salud pública, y renovación de espacios públicos en uno de los pueblos más pobres de Sinaloa.

Otros formaron grupos de trabajo. En 2017, un grupo de maestros desarrollaron un currículo (plan de estudios) de paz, y lo llevaron a las autoridades del Estado de Sinaloa, y ahora forma parte de currículo estándar para el entrenamiento de maestros.  Otros de la misma versión del diplomado formaron El Observatorio Ciudadano, Rescatemos Altata, y Voces por el Río Piaxtla (a dentro del IAP Bosque a Salvo), grupos que todavía son muy activos.     

En otros casos, organizaciones particulares han mandado grupos de su personal para explorar juntos nuevas oportunidades y perspectivas.  Un total de 66 ONGs y organizaciones han participado en el diplomado, 22 de los cuales han mandado más de una persona. Entre las 12 que han enviado 3 o más personas, se observa la diversidad de los participantes: un colectivo de familiares de desaparecidos, una cooperativa de arte público, un grupo de líderes feministas, un organizador de programas extracurriculares para niños vulnerables, un promotor de parques y espacios verdes comunitarios, la fundación local más grande, un albergue para víctimas de violencia doméstica, dos grupos ambientales, y un centro para liderazgo y ciudadanía.

Representantes de 36 dependencias gubernamentales han participado también – 12 municipales, 20 estatales, y 4 federales.  La representación más fuerte ha venido de: la Secretaría de Educación Pública y Cultura, la Fiscalía General, el Centro de Justicia para las Mujeres, la Secretaría de Seguridad Pública (todos del estado), y el Ayuntamiento de Culiacán.

Periodistas y editores de los periódicos El Debate y Noroeste, de los semanarios Ríodoce los y SinEmbargo, y de Radio Fórmula han participado en el diplomado, también.

Finalmente, el diplomado ha tenido una presencia fuerte de estudiantes, profesores, trabajadores universitarios.  De la Universidad Autónoma de Sinaloa, hemos tenido 153 participantes, y del Instituto Técnico de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Sinaloa, hemos tenido 49 participantes, más 37 estudiantes de posgrado visitantes de la Universidad de San Diego, y estudiantes de varios niveles de 6 universidades más.  

En la encuesta, 88.6% de los participantes salieron del diplomado “más optimistas sobre la posibilidad de construir paz en Culiacán.”  Y 86.5% “conocen mejor a sus conciudadanos y/o que tienen más empatía hacia ellos, particularmente los de otros círculos sociales y políticos.”  Este optimismo y espíritu de colaboración son muy notables dado el ambiente de polarización política en que vivimos, y lo duro del problema de la violencia. La confirmación de este optimismo por parte de participantes que cumplieron el diplomado hace 1.5 a 6 años revela que la chispa de esperanza encendida por el diplomado todavía arde.  Es decir, hizo un impacto más grande que un curso convencional.  

Experiencia y aprendizaje

En cuanto a la pedagogía del diplomado, hay tres elementos de alto impacto: es amplio, interactivo, y aplicado.

En la encuesta 77.3% calificaron el contenido como “muy valioso,” y 20% como “valioso.” Describen al contenido como “auténtico,” “vasto,” y “visionario,” algo que nutre una “experiencia única” de “sensibilización,” y “concientización,” desde una gran variedad de perspectivas.  La idea de fondo es acercar al problema de la violencia desde una perspectiva muy amplia – abarca historia, evolución biológica, ciencias conductuales, sociología, cultura, economía, etc., y con casos comparativos muy diversos – con el fin de anivelar a los participantes y estimular su colaboración.  Es decir, el diplomado no privilegia a ninguna especialidad en particular, sino la red de relaciones entre distintas ideas y metodologías y el gran reto de buscar sinergias.  A nivel académico, modelamos la conclusión general de la mayoría de la literatura sobre la construcción de paz – la paz sostenible viene de un tejido social fuerte, es un sistema con contribuciones esenciales de todos sectores.

Esta pedagogía minimiza o suspende temporalmente la importancia de cualquiera sabiduría especializada en particular, para que todos los participantes puedan contribuir como iguales, y explorar la complementariedad de sus experiencias y formaciones personales.  Hemos tenido abogados, periodistas, psicólogos, científicos, profesores, policías, empresarios, activistas, artistas, amas de casa, y estudiantes universitarios, entre otros. Hay diversidad generacional también – el promedio de edad es 42, con una gama entre 18 y 78 años.      

Para facilitar este intercambio, hay mucho espacio interactivo.  Hay discusiones grupales sobre un tema, simulaciones y escenarios en grupos (particularmente para la mediación), y ejercicios de diseño donde un grupo propone una solución con una serie de limitaciones dadas.  En la encuesta, 70% de los participantes dicen que formaron nuevas amistades personales y 53% nuevos vínculos profesionales en el diplomado.  Muchos de los comentarios recalcan la importancia de compartir perspectivas “más complejas” y diversas sobre la violencia que “las de la nota roja o la cultura popular,” y de “visibilizar esfuerzos locales ya trabajando para la construcción de paz” en el mismo entorno.

Cada versión del diplomado incluye un proyecto aplicado (Véase el anexo para la lista completa).  La idea es movilizar a todos los participantes en el mismo proyecto, y crear una estructura para tratar con cuestiones delicadas de una manera segura y ética.  Los participantes señalan, en particular, la oportunidad de platicar con sus conciudadanos en el contexto de un estudio formal como una experiencia “transformacional” de “sensibilización.”  Hablan del “poder del cuaderno” y el protocolo de investigación para estructurar conversaciones difíciles.  Valoran la oportunidad de escuchar “de viva voz de quienes han experimentado directamente el problema,” y “el cambio de perspectiva” que viene con “una ética de no juzgar.”  En la encuesta, 100%, opinan que sería útil repetir los proyectos colaborativos.  En 2019, después de llevar a cabo la comisión ciudadana de le memoria histórica, 97% de los participantes opinaron a favor de crear una comisión de verdad, independiente del gobierno.  Hay crítica constructiva también.  Varios participantes quieren seguimiento más formal con los que comparten sus testimonios, particularmente en cuanto a la salud mental, y la creación de una versión pública de los resultados, dos prioridades importantes para la próxima versión del proyecto.